miércoles, 24 de mayo de 2017

DIABLADA DE PILLARO : FIESTA ANDINA PAGANA

DIABLADA  PILLARO//DIABLADA PILLARO     Según cuenta la historia, en épocas coloniales los indígenas se disfrazaban de diablos en repudio al maltrato físico, psicológico, económico y moral que recibían de los españoles. La fiesta de la Diablada de Píllaro nació en la colonia, en contra de la religión cristiana y los conceptos del cielo y del infierno
impuestos por ella. La celebración se creó cuando a los indígenas les daban un día al año para el descanso, entonces ellos aprovechaban para festejar disfrazándose de diablos, como una forma de protestar contra la opresión y abuso de los españoles, así como también en contra de la Iglesia, que llegaron a estas tierras imponiendo sus creencias a las creencias de los pueblos originarios.

miércoles, 3 de mayo de 2017

LOS WIXARICAS : LOS GUARDIANES DEL PEYOTE

WIXARICAS    HUICHOLES   WIXARITARIS    Para el pueblo wixarika el hikuri (Peyote) es un símbolo religioso muy importante y es que es uno de los medios por el cual los maarakames (sacerdotes) y los peregrinos a Wirikuta, tienen para contactar con sus dioses. Según la cosmogénesis de
los huicholes el dios "Nuestro hermano mayor venado azul" en su esfuerzo por levantar a su padre el sol al cielo perdió parte de sus cuernos, los cuales cayeron a la tierra y germinaron dando origen al peyote, de ésta manera el peyote quedó divinizado en la cultura Wixarica.
El Hikuri es, dentro de la religión de los wixarica, la conversión del espíritu de Tamautz Kauyumari (Nuestro Hermano Mayor Venadito del Sol) en la cactácea Lophophora williamsii, convirtiéndose así en Tatei Hikuri o Nuestra Madre Hikuri. Dadas sus propiedades alucinógenas, el peyote
es usado por los indígenas como un recurso ritual, para lograr la comunicación entre el mundo terrenal y el mundo divino. En castellano es conocido como peyote por la derivación del náhuatl peyotl.  El Hikuri es recolectado por los wixarika año tras año en la peregrinación a Wirikuta, en el desierto de San Luis Potosí,
México. Es importante ser consciente de la diferencia entre el uso ancestral de esta planta por los pueblos indígenas y su uso de carácter más recreativo hoy en día por personas que no cuentan con ninguna conexión cultural con el peyote. Para los Wixaricas el mundo es una gran casa, las fuerzas de la naturaleza son deidades, ellos creen que todos somos originarios
del mar y una noche eterna, caminamos al desierto, todo era oscuro y no se podía ver nada, entonces los dioses formaron al primer grupo de jicareros, quienes iniciaron un larguísimo viaje
en búsqueda del cerro del amanecer, lugar en donde el sol saldría. En el transcurso de ese peregrinaje muchos de ellos perecieron, y se convirtieron en elementos de la naturaleza y en cosas que sus descendientes necesitarían para vivir, como: agua, sol, maíz, animales, etc.