CHULELES CHULEL CHULELES CHULEL
De acuerdo a las creencias populares mayas son las almas de algunas personas que tienen el poder de manifestarse con formas animales. Pese al aspecto que tome el Chulel, sigue existiendo un lazo indisoluble entre éste y el cuerpo humano,
de tal modo, que si algo acontece a la manifestación animal, de inmediato, el efecto se hará sentir en el cuerpo de la persona. El Chulel es uno de los tres casos de nagualismo existentes en México. El primero se refiere al humano que puede cambiar su aspecto asumiendo el de un animal, es decir, se trata de una metamorfosis que afecta al cuerpo.
al humano que puede cambiar su aspecto asumiendo el de un animal, es decir, se trata de una metamorfosis que afecta al cuerpo. El segundo, es aquel en que únicamente el alma es quien modifica su aspecto; el cuerpo permanece igual, y el espíritu se separa de éste para llevar a cabo sus actividades. En el tercero, el alma o espíritu se convierte en fenómeno
meteorológico. Existen tres tipos de Chuleles: Kibales, Ikales y Pukujes. Los Kibales poseen poderes que aterrorizan a los pobladores de esta región. A veces, asumen el aspecto de bolas de fuego para desplazarse y llevar a cabo sus actividades. Los Ikales son conocidos por su ferocidad, la cual utilizan para aterrorizar a los trasnochadores que se crucen en su camino. Los Pukujes cuya
osadía llega al punto de arrebatar a los hijos del vientre de sus madres. Los chamulas veneran a los chuleles porque representan el alma de los seres humanos. Se manifiestan en la forma de un animal y son un ejemplo del nahualismo. Quien se atreva a matar a un chulel matará también al humano identificado con esa bestia. El chulel se adquiere desde que se nace y es eterno. Aparece cuando las personas aún son fetos, y sale del cuerpo
cuando acontece la muerte. Gracias al chulel las personas tienen inteligencia y la capacidad de hablar. Cuando una persona duerme, el chulel es capaz de dejar el cuerpo. Cada ser humano tiene su correspondiente chulel animal, es como la tona, pues cuando los dioses dan al alma a los fetos humanos, también agregan un espíritu animal que permanecerá con ellos toda la vida, afectándose uno al otro.
