miércoles, 15 de junio de 2016

A N T I N O O : EL DIOS G A Y ( DE ESCLAVO A DIOS)

  ANTINOO     A N T I N O U S     ANTINOO   Fue un joven de gran belleza, favorito
y amante del Emperador Romano Adriano. La pasión que Adriano sintió por el bello Antínoo pasaría a la historia porque el Emperador quedo trastornado por la muerte  prematura del muchacho, quien
se ahogó de forma misteriosa en el Nilo durante un viaje a tierras egipcias. La soledad y la tristeza en la que quedo sumido Adriano ante la pérdida de su bello amante Antinoo fue tan
intensa que le impulsó a recordar su memoria de manera obsesiva. Tras su muerte fue deificado y se le rendiría culto. En el mismo escenario del infortunado acontecimiento, a las orillas del Nilo, ordenó levantar la ciudad Antinóopolis (helenístico).Posiblemente que el emplazamiento de su monumento funerario estuviera allí. La obsesión del Emperador Adriano por convertirle en una deidad duraría hasta su         muerte. El culto al Dios Antínoo se estableció por todo el Imperio, pero sobre todo en las provincias de impronta griega. Ya que en el período helenístico existía la costumbre de deificar a determinados personajes después de muertos. Y en
algunas ciudades griegas alababan a este Emperador amigo de los griegos. Antínoo fue asociado con dioses como Dionisos. En Egipto sería identificado con Osiris. El ahogamiento en las aguas del Nilo durante la crecida Sagrada, indicaba exaltación.

Osiris al igual que Antínoo se ahogó en el Nilo en ese período, por lo que su consagración como Osiris-Antínoo no sería sorprendente. El culto a este Dios de la Belleza y del amor apasionado duraría cientos de años después de la muerte de su Amante y Emperador Adriano, hasta bien entrada la era cristiana, pero
finalmente sería perseguido y erradicado. Sus  imágenes fueron borradas y muchas destruidas al mismo tiempo que la paz y la prosperidad de Roma entró en declive.
Adriano había bendecido el Imperio con un adorable y encantador protector, que le dio durante unos siglos prosperidad y un poco de gracia. Cuando el Imperio se volvió contra su tutor con una severa persecución, el 
 camino se abrió al caos y a la autodestrucción.