COCA COCA COCA COCA COCA COCA ( ERYTHROXYLUM COCA )
Utilizada desde hace miles de años por culturas andinas como las naciones chibcha, aymara y quechua. La planta de coca siempre ha jugado un papel importante en las culturas andinas, tanto para fines rituales en la relación entre
los seres humanos y la naturaleza, como agente psicoactivo para inducir trances ceremoniales, como energético para el trabajo, para el trueque entre productos y con fines medicinales. Para los Andinos la hoja de coca es considerada como la madre sagrada. La compañera inseparable
de los quechuas y aymaras. En aquellas lejanas alturas, donde las tormentas arrasan los cultivos, donde el viento corre levantando polvaredas y donde el sol quema hasta los huesos, ahí en esos lugares inhóspitos, esta presente la Mama Coca. Se usa en la vida cotidiana Y sobretodo en el pastoreo. En las altas punas, estas humildes y nobles gentes cuidan de las llamas y las alpacas mascando su hojita de coca. Ni al viento, ni a la pedriza, ni a la ventisca, ni a las
torrenciales lluvias, ni a la sequía le teméis si en vuestra pequeña bolsa no faltan las hojas de coca. Para Vosotros los andinos Y que el mundo entero lo sepa, la hojita de coca es parte de vuestra vida. En mis numerosos viajes por vuestras sagradas tierras me lo habéis enseñado y os doy mil gracias por ello. No se puede jugar con la hojita de coca. La coquita es vuestra
los llamados panes de coca consumidos por la Corte en enormes cantidades. La hoja de coca fue considerada un componente ritual en las sociedades andinas prehispánicas desde hace milenios y ha jugado un rol central en el sistema de creencias, costumbres y conocimientos, insertos en una cosmovisión originaria. No debemos olvidar que en los Andes las gentes a veces habitan en alturas
superiores a los 4.000 metros, por lo que la coca, les sirve como medio natural, abundante y económico para combatir los efectos de la altura. La hoja de coca representa para los indígenas, la fuerza, de vida, es un alimento espiritual que les permite entrar en contacto con sus divinidades “apus, tayta inti, Mama quilla, Pachamama”. Según las leyendas transmitidas de generación en generación.
Manco Capac el escogido hijo del dios Sol, había traído la coca a los hombres del altiplano. Sus hojas sirven como ofrendas a los dioses de la naturaleza. Hasta nuestros días la coca a conservado su importancia en las poblaciones indígenas. Los nativos andinos transportan siempre con ellos una pequeña bolsa con hojas de coca (llamado chuspa), asi como también un pedazo de pasta hecha de ceniza de vegetales Llipta.
Madre sagrada, la madre sabia. Usar liberalmente hojas de coca era un privilegio de la oligarquía, concediéndose como gracioso favor a soldados, campesinos y mensajeros. Mascar sin autorización constituía un delito. Se daba así el caso de que una parte considerable de la corvea o tributo de trabajo se centraba en producir
